Blogia
teresarojo2010

Contaminación Acústica

Contaminación Acústica

Sábado de vacaciones de la Semana Santa. Visita a las Tablas de Daimiel. Ya suponía que íbamos a recrear las procesiones de los días previos y así fue. Pareciera que todo aquel que no se hubiera ido de vacaciones había tenido la misma idea que nosotros. Cientos de coches y de personas por todos lados.

Llegó un momento en el que me preguntaba ¿pero qué hago yo aquí? En principio se trataba de un día de placer y me encuentro que tengo que ir en procesión porque no puedo avanzar y lo que es peor, oyendo los gritos de todo el mundo pero ¿es que la gente no lee los carteles” SE RUEGA SILENCIO. POR RESPETO A LOS ANIMALES?. No evidentemente no. Miento sí los leían hasta se permitían decir a voz en grito: “mira ahí hay un cartel que dice “Se ruega silencio”.

Me iba poniendo nerviosa por momentos, aparecían los síntomas: malestar, inquietud, deseos de huir,… pero no estaba sola y no quería fastidiar. Gestioné mi alteración, me coloqué dentro de una burbuja y pude disfrutar del paseo. La gente dejó de incomodarme, estaban a mi lado, pero ya no me agobiaban. El paisaje se hizo maravilloso. El bosque de los tarayes, precioso. El muestrario de nidos de cigüeñas que con su “claqueo” no paraban de cortejarse y nosotros tomándonos el “bocata” frente a ellas. Estuvo genial.

Continuamos en Las lagunas de Ruidera. Otra vez más de lo mismo. Media España estaba ahí (la otra media la habíamos dejado en Las Tablas, ja, ja), pero ya la lección estaba aprendida, burbuja y disfrute con lo que veo, oigo y con las personas con las que estoy. Y el paseo precioso. El paisaje con sus cascadas digno de verse. El bosque de encinas, sabinas y chopos, maravilloso. Animales pocos (éramos demasiado los humanos como para atreverse a estar allí, y los árboles y el agua no se fueron porque no podían que si no…).

Y lo mejor el final. Volvimos a Las Tablas, ya al anochecer y entonces ya sí, ya sí que disfrutamos del paisaje, del atardecer, el sol escondiéndose reflejándose en el agua, los pájaros cortejándose o llamándose incesantemente (aún así, eran pocas las aves que allí estaban), apenas había nadie, sólo unos cuantos como nosotros que de verdad queríamos disfrutar del paisaje. Hablábamos apenas en susurros, no queríamos invadir un espacio que sabíamos no nos pertenecía. Sólo por este final mereció la pena.

¿Por qué no somos conscientes de que hay espacios que debemos respetar? Este espacio estaba cuidado y se respetó en cuando que no encontré basura fuera de lugar, todos andábamos por las zonas marcadas, etc. pero ¿qué pasa con el ruido? ¿Por qué no nos damos cuenta que el ruido fuera de lugar también es contaminación? Y no hay que irse al ruido de los aeropuertos o al de alguno/as jóvenes con la música del coche a todo volumen, o el de los motores de las motos o los coches. Hay otro tipo de contaminación acústica de la que apenas somos conscientes que hace mucho daño y, como en este caso, de la que no pueden defenderse, bueno quizás sí, quizás ya lo estén haciendo y por esa razón las aves se vayan a otros lugares donde se les respete más. ¿Tanto nos cuesta al ser humano respetar la naturaleza? Parece ser que sí.

Teresa

5 comentarios

Almudena -

Me uno a vosotros en cuanto al silencio e saber respetar los espacios de ls demas.A veces no es que te guste el silencio sino que lo necesitas ,mas bien .Aunque es muy verdad esto de que a los españolitos le gusta exigir cosas que luego ellos no respetan .El otro dia me paso algo muy similar . Quede con unas amigas que no habia visto de mucho tiempo e unico q buscabamos era tranquilidad e mucho silencio pero nos encontramos con la sorpresa de que al lado habia otro grupo de 4 chicas que parecian poseidas o escaparon de la jungla.Hay que ver,a veces la gente se vuelve loca e se olvida por completo las modales.
Pero lo mas gracioso es que la que mas jaleo montaba era quien mas exigia silencio a los demas .Curioso.....hay de to.

Un abrazo.

Carmenchu -

Hola ABRAZOS para tod@s,lo que vendrán también...

Carmen a veces, te escucho a ti en esos silencios..¡y a tantas otros...¡

¡Ay¡, que a gusto estoy en silencio.

silence

Carmen -

¿Podría filtrar un poco de música a vuestro silencio? Algo calladito que pueda acompañarnos en nuestro paseo http://www.youtube.com/watch?v=BexZiUtiUGc

Me pasa como a vosotras: me encanta el silencio para poder escuchar otras cosas de vibración + tenue a las que el ruido aturde. Aunque escribo en vuestros blogs y sobre todo estoy encantada de leeros (a ti, Teresa, ya te echaba de menos), a veces me parece que callarme un poquito me viene bien; entonces, me pongo música “ruidosa” ;). No hay quién me entienda.

¿Vosotras no escucháis voces en vuestro propio silencio? No me refiero a las que vienen de fuera, de esas ya sabemos que hay a montones, sino de las que nos llaman desde dentro, de las que nos sugieren cosas, de las que nos alertan de otras, nos estimulan y nos consuelan.

En mi trabajo estuve muy preocupada por intentar conseguir para la gente en sus casas lo que para mí era tan importante en la mía: que no me hablaran los tabiques de la vida de mi vecino, ni se me colaran los sonidos de la ciudad o el campo dentro de casa por la ventana si yo no quería que eso pasara. Es parte de la calidad de vida de cada uno poder decidir si quieres oír algo o no. Lo valoro mucho. A pesar de vivir en Madrid, siempre he elegido casas (he vivido en muchas) donde no hubiera mucho ruido. Es importante, muy importante para mí que no lo haya.

Me gusta pasear en silencio y con horizonte distante, me relaja la vista y el oído. El lugar donde mejor he sentido esto es el desierto (al anochecer, que el calor me mata. Mi tensión es la de una muerta según mi médico y con el calor...).

Venga, a pasear en silencio aunque los demás hablen o + bien griten (es lo que tenemos los españolitos: hablamos muy alto incluso cuando pedimos silencio).

Un beso,

Carmen

PD: Teresa, ¿tú y yo no nos debemos un algo?

Teresa -

Hola Carmenchu, gracias por comentar.
A mí también me alegra saber que somos ¿muchos? yo diría que más de los que pensamos, aquellos que amamos el silencio.
silencio para escuchar, silencio para aprender,
silencio para vivir.
Un abrazo
Teresa

Carmenchu -

Hola Teresa:

Qué bien aprovechada esta experiencia, con la burbuja,..¡YO TAMBIÉN LA USO¡ . Hacía tiempo que no había oído hablar de ella. La hacía mucho cuando vivía en Barcelona…

Sin la mirada hacia dentro ,pocas cosas confieren esta armonía que necesitamos... para respetar la propia que la naturaleza nos regala, cada día…

Se valora el ruido, no el silencio..El consumo, no la sobriedad…

Cada vez hay más gente con estas sensibilidades y fusionadas…Avanzamos a pasos de hormiga...

Una persona así vale por "miles" de otras ruidosas…

Me alegra saber que pertenecemos a ellas.

Un abrazo.