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teresarojo2010

TÍA-ABUELA Y ..... DEJARTE LLENAR DE LUZ

TÍA-ABUELA Y ..... DEJARTE LLENAR DE LUZ

Ayer hice de tía-abuela. Qué mayor suena? Se escucha? Lo escucho?,  creo que más bien lo escucho, no hay nada que no pase por el filtro personal de lo vivido ya seamos o no conscientes, qué importante si nos diéramos cuenta de todo aquello que se va depositando en nuestro inconsciente y que nos “maneja-dirige” sin por tanto darnos cuenta. “Todo depende del color del cristal con que se mire”, viejo refrán que lo olvidamos tan a menudo. Nada es blanco o negro, los matices son los que añaden VIDA (vaya un guiño a mi muy, mucho, como dirían los pequeños-sabios, querida amiga Esther).

Decía que ayer, hice de tía-abuela con mi sobrino adoptado recién llegado de Rusia. Fue una experiencia maravillosa. Y quiero dedicarle este escrito a él. Algún día lo leerá, hoy sólo tiene 6 años y habla en ruso, piensa en ruso y no lee en ruso, pero entiende en castellano.  Y bien que entiende. Es sumamente hermoso?, no hermoso que se queda corto es escalofriante por lo de inmenso, el sentimiento de ternura que me invade cuando lo miro y veo su sonrisa, su intento de comunicar sea con lo que sea, sobre todo con los ojos, con esos ojillos que los abre o los cierra en función de su comprensión de lo que ve, oye o siente.

Fue una bonita experiencia para toda la familia, el cuidar de un niño pequeño, del primito tanto tiempo esperado. Nosotros somos familia numerosa y ya tenemos experiencia de ser muchos en la mesa, pero ayer estaba más completa que nunca.

Comimos en el patio, él decía que “frio?,…, no¡”, y nosotros nos colocamos la chaqueta (frio? Si¡¡¡), pero salimos a comer al patio. Cuando él me vio a través del cristal de la ventana, con su manita me pidió que esperara para ayudarme. Y salió corriendo para colocar la mesa, las sillas, el pan,….. Todos colaboramos y la mesa en unos segundos estaba dispuesta para que iniciáramos la comida reparadora. Compartimos la comida, él probando todo, (maravilla de las maravillas, un niño que se atreve a probar una comida nueva¡¡¡ ojalá que siga así) y decidiendo qué sabor, textura, olor previo, le gusta y cuál no merece la pena repetir. Recogimos entre todos y después preparamos un pastel. Había que celebrar su venida a nuestra casa. Él me ayudó. Se sorprendía cuando le iba permitiendo que echara el yogur en el vaso de batir, o que batiera con la batidora. Mi hija nos miraba y decía “¡Ay mamá qué bien, tú siempre nos has dejado ayudarte en la cocina y ahora nos encanta a todos cocinar¡”. (Sentimiento de satisfacción al escuchar la valoración de algo bien hecho y de gratitud y alegría al escucharlo de mi hija, sabe valorar y expresar lo valorado). Por supuesto hubo que guardar un trozo para pápa y máma.

Llegó el turno de la siesta, merecido descanso sobre todo para los que dormimos mal por las noches. Él eligió jugar en la buhardilla. El paraíso de cualquier niño. “Un día de éstos tengo que recoger tanto juguete, darlo a cualquier ONG y dejar sólo aquellos que representen algo importante en nuestra historia personal”. Pero el día no llegó y me alegro. Ayer para él fue como descubrir un mundo lleno de fantasía. Era como entrar “escaleras arriba” en el mundo de Alicia (sólo que ésta se deslizó hacia abajo). La tienda de campaña, con la sensación de plenitud-aislamiento que uno siente cuando está dentro, el armario de los disfraces, los carritos de las muñecas, … tantos y tantos otros por explorar.

 Mi hija, nuevamente pendiente de todo,  decía “mamá si es que para cualquier niño tiene que ser maravilloso el entrar en la buhardilla y ver tantos juguetes ¡”. Y así fue. Feliz, eligió jugar con la cocina, la comida, etc. Vinieron unos familiares, y después de jugar a juegos más movidos con ellos, los llevó “arriba”, les enseñó su descubrimiento y todos sentados a la mesa nos dispusimos a comer. Recuperamos cubiertos, platos, tostador, cocinita, pescados, café, tostadas, plátanos, tomates,……

Y nos permitimos jugar como niños. Cuatro adultos y un niño haciendo una representación de comida familiar. Él organizaba y nosotros nos dejábamos hacer. Todo en su orden, comida que caía al suelo o no se comía o había que lavarla, por supuesto que no se comía el postre antes del pescado, si sólo había un tomate, se repartía entre los que lo querían, ante todo compartir, etc. Hubo quién quería dar otra utilidad a la comida (por aquello de introducir una pequeña modificación al juego simbólico realista) y él con una sonrisa y una paciencia infinita sonreía y trataba de retornar la situación a su forma original: “estamos comiendo, no jugando”.

Fue maravilloso, jugar y dejarse llevar por este pequeño que ha traído tanta ilusión y amor a nuestras vidas. Yo lo miraba y me preguntaba qué pensará él después de todo esto….. (el ahora estaba claro, jugar a como si……pero y ¿pasado un tiempo?, ay¡ si pudiera expresar con palabras todo aquello que nos dice con su cuerpo…¡).

Hoy ha sido feliz, ha jugado independiente y con compañía. Por supuesto cuando vinieron a buscarle sus padres, no quería irse y previamente les enseñó la habitación “maravillosa y con qué y cómo había jugado”, incluso hasta había una cama para que se pudiera quedar a dormir en ella. Otro día descubrirá los clips, la isla, el fuerte, los camiones, la batería,…….. y con toda seguridad nos hará vivir más momentos mágicos. Yo ya había olvidado lo que era compartir con un niño pequeño un momento de juego. ¡Es maravilloso!.

Es hermoso poder estar con él sin la presión de ser sus padres y por lo tanto no sentir la impotencia, casi del día a día de no poder comunicarse por la dificultad del idioma. Es cierto que yo ya tengo experiencia de tres hijos mayores y que todo lo vivo con mayor relatividad. Es algo que tendrán que aprender ellos. Es cierto que yo estoy en un momento personal en el que la serenidad fluye con relativa facilidad. Es cierto que amo a los niños y que la ternura me invade sólo con estar con uno de estos “pequeños-sabios”. Es cierto que me parece un regalo este niño que acaba de llegar a nuestras vidas. Esto y mucho más es cierto. También es cierto que él es maravilloso, sí sé que cualquiera me lo parecería, pero es él, mi sobrino, y a él quiero dedicarle este pequeño escrito.

Con todo mi amor, este homenaje, junto con tu foto favorita del buitre volando libre, para ti Sergio-Sirozha, pequeña luz en nuestras vidas (pequeña por tu edad, no por tu valía).

8 de mayo de 2010

3 comentarios

Paloma -

Vaya Teresa...Hay transiciones que se hacen apenas sin darnos cuenta ; ). Al leer tu dedicatoria a Sergio te siento plena de esos momentos. Me haces pensar en mi padre y en como disfruta siendo abuelo. Es cierto que lleva ya 25 años ejerciendo es papel de manera activa. Primero con mi sobrina mayor, luego con mi hija mayor y después con las dos pequeñas...cuando más ha disfrutado ha sido con los mellizos(o eso dice él). Él es mellizo y desde que nacieron se ha visto reflejado pero no en uno de ellos sino en los dos.
Se pasa el día contando.."Mira es igual que tu tio Fernando" jajaja
Le encanta. Hay días, cuando organizo y viendo que cada vez está más mayor que le digo:
Padre, no hace falta que vengas. Yo les recojo del cole..y... cuando llego a la puerta, me lo encuentro allí. Siempre se queda con ellos en el parque.Ya le conocen todas las madres.
Personalmente, pienso, que lo que les aporta la relación con él no puedo dárselo yo y me gusta. Me parece un privilegio tener un abuelo complice frente a unos padres siempre exigentes.

¡Que bueno! Un niño siempre devuelve otro punto de vista en una familia ¿no crees?

Ya seguiremos hablando

Un beso
Paloma

Teresa -

Muy interesantes stas claves para revisar el quehacer diario. Las copiaré y las tendré muy en cuenta, nunca viene mal un reapaso al cómo enfocamos nuestra tarea como educadores
Un abrazo

Carmenchu -

Hola Teresa:

¡ Cómo me gustan los homenajes¡.

Me visto reflejada aquí en tu vivenvia.Uno de mis sueños es adoptar una niña hindú con alguna minusvalia leve.No sé si algún día se materializará. Si es así volveré con ella a este post a leerle algo que le suene familiar.

Muchas gracias por plamar a las " pequeñas " vidas que tanto nos llenan.

Quiero incluirte algo , espero que no te importe .

Es en relación al contexto académico, más es trasladable al familiar de alguna manera.

CLAVES:

1. Generan expectativas. “Evitan el lenguaje de las exigencias y utilizan el vocabulario de las expectativas en su lugar. Invitan en lugar de ordenar, y muestran con frecuencia la actitud de quien invita a unos colegas a cenar, en lugar de la conducta de un alguacil que conduce a alguien ante un tribunal”.


2. Parten de lo cotidiano. “No se limitan a llamar desde su ubicación profunda en el terreno y pedir a los estudiantes que se unan a ellos en sus expediciones subterráneas en la minería. Ayudan a los estudiantes a entender la conexión entre asuntos corrientes y algunas cuestiones más generales y fundamentales”.



3. Dominan su materia. “Conocen su materia extremadamente bien. Todos ellos son consumados eruditos, artistas o científicos en activo.


4. Esperan más. “Tienden a mostrar una gran confianza en sus estudiantes. Habitualmente están seguros de que éstos quieren aprender, y asumen, mientras no se les demuestre lo contrario, que pueden hacerlo”.


5. Son abiertos. “A menudo se muestran abiertos con sus estudiantes y puede que, de vez en cuando, hablen de su propia aventura intelectual, de sus ambiciones, triunfos y fracasos en la misma medida”.


6. Aman la docencia. “Tratan sus clases, sus discusiones programadas, sus sesiones de resolución de problemas y demás elementos de su enseñanza como esfuerzos intelectuales formales que son intelectualmente exigentes y tan importantes su investigación”.



7. Hacen autocrítica. “No culpan a sus estudiantes de ninguna de las dificultades a las que se enfrentan”.


8. Crean entornos para el aprendizaje. “Los mejores profesores a menudo intentan crear un entorno para el aprendizaje crítico natural”.


9. Evitan la arbitrariedad. “Debido a que están comprobando sus propios resultados cuando evalúan a sus estudiantes, evitan juzgarlos con normas arbitrarias. En lugar de ello la calificación de sus estudiantes sale de objetivos de aprendizaje básicos y que no son fruto de un “aprendizaje bulímico”.


10. Hacen comunidad. “Tienen un fuerte compromiso con la comunidad académica y no sólo con el éxito personal en el aula. .Consideran sus propios esfuerzos como una pequeña parte de una empresa educativa más general, y no como una oportunidad para demostrar ciertas habilidades personales”..

Un abrazo