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teresarojo2010

Evaluación de las sesiones de Tutoría

Evaluación de las sesiones de Tutoría

¡Sorpresa!. Esta sesión estoy yo sola. ¿Qué puedo hacer? Elaboro una ficha evaluación de las sesiones que llevamos realizadas hasta la fecha. Separo a los alumnos para evitar el que uno piense y escriba y los otros copien. Quiero saber lo que piensan a nivel individual.

Primera pregunta:  ¿Qué hemos hecho y aprendido en las sesiones de Tutoría? Escribe al menos 4 o 5 actividades de todas las que recuerdes. Una alumna que responde en voz alta: “Nada”.

¡Ploffffff!. Primer sentimiento de desaliento, no puede ser, yo tengo sensación de que hemos hecho muchas cosas yyyyyyy?????.

Gestiono mi decepción: “Bueno, nada nada?????”, ¡nada!, se reafirma.” Quizás si recordamos, somos capaces de encontrar algo. Vosotros pensad”.

Yo me paseo por la clase y me voy fijando en lo que van escribiendo. Bien parece que surgen cosas. Espero a que terminen de rellenar la ficha. Se les ha pedido sugerencias para las sesiones que restan y explicaciones acerca de lo que escriben. No vale solo decir, hay que argumentar.

Terminan de rellenar la ficha y las recojo. Me interesa trabajar sobre eso de que no han aprendido nada, porque no es cierto, veo que ellos han escrito cosas que hemos hecho y de las que han aprendido. Leo en voz alta sus escritos. Les pido que estimen cuántas cosas han salido: 12, 15 contestan. Yo también pienso que aproximadamente han sido unas 15 actividades diferentes, pero vamos a contarlas. Salen 26. Se muestran a la vez extrañados y creo ver “reconfortados”, su sensación de pérdida de tiempo inicial creo que ni a ellos les gustaba. 

Pregunta ¿por qué creéis que hemos pensado que sólo habían salido unas quince actividades cuándo en realidad había casi el doble? No saben. Les sugiero: “¿puede ser porque cuando tenemos una supuesta-certeza sobre algo hacemos todo lo posible para que se cumpla: “profecía autocumplida?” Y dialogamos, lo que permiten, sobre este aspecto. “¿Cuántas veces nos hacemos una idea sobre algo o alguien y nos cerramos a la posibilidad de que no sea así???”.

No sé lo que les llegó de la reflexión.

Nuevamente escenificamos. Al recoger las fichas, un alumno se limitó a levantar su mano, sin acercarme la hoja. Yo tuve que acercarme bastante porque él no facilitó nada. Escenifico con la compañera, trabajamos en el mismo entendimiento y es genial. Todos nos observan asombrados. ¿Cuántas veces vosotros dificultáis el acercamiento de vuestros padres hacia vosotros????. Caras sorprendidas. No responden. Alguien hace una broma. “Pero ellos ya son mayores, que se muevan ellos, nosotros estamos cansados”. Sonrisas pero sin aprobación.

Leo lo que han escrito acerca de lo que más les ha gustado y lo que no. Las reflexiones no les llegan. Lo viven como no hacer nada.

Hablamos de otras actividades realizadas, pero que nadie las ha recordado, tales como:

Imaginarse tendidos en el suelo y que caminan sobre su silueta. ¿Qué sienten?. A nivel individual, al mayoría nada, sólo una chavala me dice que ha sentido dolor en sus tetas al pasar sobre ellas. En el grupo grande les pido que s e expresen. Ella expresa lo sentido y habla acerca de su vergüenza en clase de gimnasia al correr y ver que todos los chicos están pendientes de sus tetas. El resto la mira sorprendido. Valoro su valentía al expresar sus sentimientos.

Hablamos de las sesiones individuales de Tutoría. También es no hacer nada. No era así cuando hablábamos de sus inquietudes, miedos e ilusiones. ¿Y la revisión de sus hábitos de estudio? Tampoco lo recuerdan. Salen muchas actividades de las que no guardan memoria.

Comento, quizás un tanto desilusionada, con alguna compañera, éste no reconocer el trabajo realizado por y con los muchachos: “Es que los adolescentes no están acostumbrados a pensar ni a reflexionar”. Demasiado simplista. Tiene que haber algo más. Esto es cierto, pero……

No están acostumbrados y no quieren. Una alumna que apenas hablaba, se le hizo ver cuando por fin dijo algo en contra de sus compañeros y se le valoró el que fuera capaz de opinar y más cuando era diferente a lo que opinaba la mayoría.

En esta Sesión evaluativa, es la muchacha que decía con una gran fuerza “no hemos hecho nada. Sólo nos habéis regañado”. (Decir que la otra tutora, les había “castigado”, sin una excursión por su mal comportamiento en días pasados con otros profesores, y eso lo estaba impregnando todo de rabia contra todos los profes en general).

¿Por qué los adolescentes no quieren reflexionar sobre lo que hacen, lo que viven, lo que sienten????? “Es que cotilleáis en nuestras vidas”, se excusaban.

 ¿Por qué viven el deseo de que se miren hacia dentro, de que se cuestionen, de que argumenten, de que hagan generalizaciones a otros contextos,  como injerencia en sus vidas???????. Sólo valoraban como trabajo el que hemos hecho de lápiz, papel, o actividad motriz. Recuerdo a los chavalines de 4, 5 años cuando trabajábamos actividades de potenciación del lenguaje oral, que nos decían ¿Cuándo vamos a trabajar? Trabajar era hacer fichas.

¿De verdad al adolescente no le gusta reflexionar? No me lo creo. “El guardián entre el centeno”, de Salinger. Sí es cierto que es un chaval de 16 años, y yo hablo de 13, 14 años. Pero hay algo que se escapa.

En las sesiones individuales de Tutoría, son capaces de mirarse, y muy intensamente, hacia dentro. Pero en grupo grande se inhiben. ¿Tiene que ver el encuadre individual-grupo, para que sean tan diferentes? Y si esto es así ¿cómo manejarlo?

El año pasado en HHSS quedó muy patente el poder del grupo. Un solo individuo puede hacer que se incline la balanza del grupo en una u otra dirección con una única intervención. Quizás fue éste el caso de la sesión de Tutoría.

Me pregunto ¿tanto esfuerzo, habrá merecido la pena? Esfuerzo por dialogar, por ofrecer nuevas fórmulas, otras alternativas, etc. Ellos piden más de lo mismo: patio, estudio, excursiones,… y nosotras nos empeñamos en ofrecer nuevos enfoques. Tenemos que aprender todos: ellos a permitirse el adentrarse en nuevos caminos y nosotras a respetar sus ritmos, sus aprendizajes.

La sesión fue genial. Sobre todo por lo que aprendimos la compa y yo. Hubo un punto de tristeza, desolación y quizás fracaso, pero fuimos capaces de gestionarlo a la vez que lo vivíamos y mostrarles, aunque no lo vieran, que hay otras formas de aprender, y que lo más difícil es aprender sobre uno mismo. Intentamos mostrarnos cercanas y aceptamos su rabia y enfado porque no les damos lo que demandan. Ellos fueron respetuosos aunque duros. Pero se expresaron, dialogaron y reflexionaron, que era de lo que se trataba. Está bien, se pretendía que se expresaran y lo hicieron, aunque no dijeran lo que esperábamos oír.

3 comentarios

Teresa -

Hola Carmenchu

Gracias por las aclaraciones e las sugerencias.
La verdad es que creo que le encantaria poder contar con un tal profe e con tal terapia......

Muchas gracias.

Un abrazo.

Carmenchu -

LA RABIA:

¿De dónde vienes?

-De la estación de la frustración

Pero, ¿dónde naciste?

-En la ciudad de las expectativas

¿Cómo se llaman tus padres?

-Insatisfacción y Dependencia

¿En que lugares te gusta alojarte?

-En la dentadura y en el hígado

Si se te deja suelta…

-Mato

¿Qué te hace huir de un lugar?

-Las bocanadas de creatividad

He pensado en esos jóvenes y en vosotras dos (la compi y tú )...

OPINO QUE HAY QUE HACER TERAPIA EN CLASE...que saquen esa RABIA...a través de la CREATIVIDAD ...(blogs, pintar, música, PSICODRAMA...

Si fuera su profe haría todos los días 15 minutos de terapia AL ENTRAR A CLASE...LOS DESCOLOCARÍA UN POCO:

Humor, música, pintar, soñar despierto , surrealismo, lo absurdo...

Un abrazo y hasta pronto...YA QUEDA MENOS

Carmenchu -


Hola Teresa:

Con hambre " perruna "(blog de Party ), me venido aquí.

Fascinante relato, he podido ver a los adolescentes y observar a la vez ,lo que mi mente me sugería...se iba sumando a tus apreciaciones.

Es muy típico del adolescente, hacerse el duro maduro, está bien aceptado...AL SENSIBLE, se le machaca, socialmente también, por lo tanto más vale no mostrar vulnerabilidades...-LA MÁSCARA-.

Me encantaría que conocieras a Sara ( blog de Alejandro), pues también trabaja con adolescentes. El día que quedemos la invitaré por si le apetece. Creo que conectaríais y sería enriquecedor.

Voy a meterte AQUÍ ALGO SOBE LA RABIA, pues surge el tema y llevo días investigando sobre ella.

Ahora vuelvo y prosigo...